Cada fibra de mi cuerpo me pide detenerme, respirar hondo
y expulsar el mayor grito que pueda surgir de mi traquea.
Arrojo con fuerza mi esencia hacia el día a día,
obligándome a jugar a la rutina,
a fingir que esta vez al romperme no me he quebrado del todo.
El mundo sigue girando, y aún con nauseas pienso pelear.
Se ha esfumado; mi fuerza oculta, mi estrella polar,
pero la lección se mantiene.
Dar el máximo de mi potencial, ya no es sólo quién yo soy,
sino quien le debo a mi ascendencia ser.
No hay descanso en la vida, no hay pausa.
Puedo hundirme, puedo salar los pliegues de la almohada,
pero mi determinación aparece, con ganas de resurgir.
Voy a ser fuerte una vez más.
Y tal vez yo sea un puzzle; en pedazos, con piezas perdidas,
pero no pienso rendirme.
La imagen se verá; la belleza, la luz, están aquí.
Yo creo en mí.
Siempre creí en ti, Grandma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario