viernes, 15 de junio de 2018

Sombras

Las sombras que forman su figura son más nítidas que ella, está más presente la luz que se ha disipado que la que queda. Se mantiene erguida, mirando hacia la nada, dejándonos en misterio aquello que baila en su consciencia. Sus labios, cortados por el frío, se separan, pero no emiten más que un silencio ensordecedor. Dilatadas las pupilas, están clavadas en el reloj que representa el paso de algo tan insustancial como el tiempo.

Pasa él sus dedos por el enmarañado cabello de lo que queda de su fisicidad, le susurra al oído, pero su rostro se ensombrece cuando no causa ningún efecto. La besa en la mejilla, y se estremece; está tan fría. La ha perdido. Aquella materia insensible ya no es la persona de alma radiante que le había cegado. Y aún habiendo dos cuerpos en esa habitación, no podría estar más vacía.


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